Bienvenido Nº: TU A LO TUYO!!!

lunes, 27 de febrero de 2012

"2 mil 12"

“!En el 2.012 se acaba el mundo!” escuché decir a una señora en la cola de la panadería. Ni bien escuché eso me puse a pensar: Si tanto que dice que se acaba el mundo éste año… ¿por qué esta señora está tan tranquila haciendo cola en la panadería solo para comprar “una” barra de pan?, tendría que comprar para todo el año, no vaya a pasar que le encuentre el fin del mundo sin comida y por sorpresa ¿no es cierto?
Uno se pone a pensar también cosas como: ¿Cómo será el fin del mundo? ¿Caerán meteoritos? ¿Se partirá la Tierra en dos? ¿Estallará el núcleo y provocará una explosión que llegará a otros planetas por la onda expansiva creando millones de meteoritos? ¿Se pedirá mi suegra vacaciones y se instalará en mi casa? Por Dios… eso último si que no podría soportarlo.
Cuando me toca mi turno en la panadería compro “dos” barras de pan (por las dudas que el fin del mundo sea mañana y me encuentre con la panadería cerrada) y vuelvo a casa por el camino mas corto para llegar temprano… por lo del fin del mundo vieron.
Al llegar a mi hogar veo en el buzón una carta del banco y me echo a reír. Ja! Ja! , ¡Que ingenuos! ¡Que este año es el apocalipsis y estos se creen que les voy a pagar!. Miro la fecha de embargo y ponía: 16/11/2013. ¿2013? Ahí dejé de reír y me entró la preocupación. ¿Como puede ser que estos tipos pongan esa fecha si el mundo se acaba este año? Y mi mente privilegiada comenzó a funcionar por fin.
Esa información me dejó un poco aturdido, no porque los creí ingenuos, sino porque comencé a dudar, y mi duda se transformó en asombro, y el asombro en… ¡MIEDO! ¡Por el amor de Dios! ¿Y si resulta que esta gente tiene la información exacta de cuando va a acabar el mundo y nos tienen engañados para quedarse con todo lo nuestro? No crean que soy un paranoico, pero fui corriendo al supermercado lo mas rápido que pude (obviamente primero tenía que comer algo y ducharme)
Llego al supermercado y le digo a la cajera: - perdone señorita, ¿usted podría indicarme donde está la leche y los huevos? Y me dio un cachetazo, no entendí por qué, pero entré rápidamente. Comencé a revisar en todos los productos las fechas de caducidad y asombrosamente casi todos caducaban (asombrosamente también) en el año “2014”.
Había quedado anonadado ante la semejante información que estaba recibiendo mi cerebro, ¡no lo podía creer! ¡los del banco no eran los únicos que sabían cuando iba a acabar el mundo realmente! ¡Es una conspiración en toda regla!
Al igual que yo, todos se habían dado cuenta también, porque en sus caras reflejaban el asombro, y en sus ojos algo raro estaba ocurriendo, como llamando a la seguridad del establecimiento, pero eso sería por otros motivos y no por el verdadero que era el descubrimiento de algo que ni la ciencia había podido descifrar. ¡Pero por Dios! ¡Soy un genio! Les pedí que no me aplaudieran (se les notaba que tenían ganas de hacerlo)
De repente comenzaron todos a correr como pollos sin cabezas por las góndolas del supermercado. Yo también lo hice obviamente, no vaya a ser que se acabe el mundo y yo sin haberme comido las dos barras de pan que tenía en casa.
Utilicé un carrito para llegar lo antes posible a mi hogar y me encerré para intentar protegerme de no se qué cosa, porque no estaba seguro de cómo iba a suceder todo eso; pero ahí estaba yo, agazapado, temiendo lo peor, rezando todo el tiempo, cosa que no había hecho en toda mi vida, es mas, ni siquiera sabia lo que estaba diciendo porque como no había rezado nunca, no tenía la menor idea de cómo se hacía…
…………
…………….
………………………..!¡
Ya pasaron 4 meses y muy de vez en cuando noto algún ruido fuera de casa. No quiero salir. No se oye nada raro pero por las dudas me quedo aquí. Seguramente el planeta se acabó y solo quedamos unos pocos sobrevivientes, como en las películas.  ¿Cómo habrá sido? Me preguntaba a mi mismo y también a una hello kitty que tenía en el salón. No lo sabía. Tampoco quería averiguarlo. Tuve miedo de encontrarme con la cruda realidad. Hasta me acordé en ese mimo momento de aquella señora en la cola de la compra del pan. -Tenía razón esa señora pensaba, -que increíble, con qué facilidad puede desaparecer un planeta y arrasar con la humanidad.
Años de lucha por conseguir la paz en un mundo de guerra para este final tan “sin sentido” y siniestro. ¡Que injusticia! Pero juro que de todos estos años vividos no me arrepiento absolutamente de nada.
Eso si, me arrepiento de una sola cosa… de no haber comprado mas pan en esa panadería.

Pablo Claro

martes, 6 de septiembre de 2011

EL HEROE

Este es un caso muy atípico (el que les voy a contar), no por lo espectacular ni por lo sorprendente que pueda llegar a ser o a insinuar, pero es realmente muy extraño porque no tiene precedentes en ningún lugar de diario o revista alguna. Eso creo, aun no lo sé porque todavía no se me ocurre nada para escribir, pero en fin, prosigamos.
            Todas las mañanas leo las noticias de los principales periódicos del país y me encuentro con las espectaculares acciones de ese hombre protegiendo una y otra vez a la humanidad del mal que acecha a la sociedad; evitando robos, accidentes, incendios, y salvando vidas en cualquier oportunidad que se le cruczara por su camino. ¿Y quién es ese hombre? Es nuestro superhéroe de todos los días. Simplemente hagamos volar nuestra imaginación e inventémonos un superhéroe. Ese que siempre soñábamos que existiera y poder verlo con nuestros propios ojos realizando sus proezas. ¿Ya tenemos a ese hombre?, entonces ahora sí puedo comenzar esta historia.
            Todo el mundo se sentía protegido gracias al enmascarado, porque derrotaba a los malos con mucha astucia y habilidad. Todo era color de rosa en esta ciudad porque el bien siempre triunfaba (obvio, es un decir, que el color rosa no nos confunda). Hasta que un día, este superhéroe se cansó de luchar constantemente y decidió irse a descansar muy lejos del ruido. -¡Ya no quiero pelear más!, dijo, -estoy desgastado, quiero ser alguien normal como toda esa gente a la que siempre estoy ayudando.
            Y así fue como tomó esa decisión de ser común y corriente. Se buscó un trabajo en el campo ordeñando vacas, sembrando trigo, cosechando papas y otras actividades que supuestamente eran de una persona "normal". Mientras tanto, en la gran ciudad todo era caos y desesperación. Los ladrones se divertían porque hacían lo que querían y no había nadie que los detuviera. Destrozos, saqueos, incendios y todas esas cosas que una persona mala podría hacer. Pero a nuestro superhéroe no le importaban ya estos casos, él sólo dedicaba su tiempo a la vida campestre.
            Los policías ya no daban abasto con la cantidad de asaltos y actos de vandalismo que los malhechores esparcían por doquier. La gente gritaba por las calles: -¡Que vuelva nuestro superhéroe! -¡Sí, que vuelva! El gobernador hizo un llamamiento a la población para que se averigüase en donde se encontraba ese hombre, pero nada, ni un sólo rastro de él.
            En las calles ya no quedaba nada por quemar, por robar, por romper, ya no quedaba absolutamente nada por hacer para los mal vivientes. Hasta que uno de ellos comenzó a decir:    
-Me estoy aburriendo de tanta libertad, esto ya es demasiado fácil.
-¡Así es!, no es como antes, en otras ocasiones comenzábamos a correr y así nos manteníamos en buen estado físico, ahora sólo nos dedicamos a caminar sabiendo que no tenemos límites!, !Miren mi barriga como ha crecido!
-Es verdad! dijo el otro encapuchado mientras se estaba sentando en una silla robada, agotado por el cansancio, -¡Quiero acción, esto es demasiado frustrante!
            Todos los ladrones, mal vivientes, malhechores, malvados o como quieran llamarlos se juntaron en una reunión realizada por el cabecilla de todos ellos. Primero se cantó el himno del malo y luego comenzaron a debatirse los problemas que se originaron tras la ida del superhéroe.
-¡Estamos cansados de no luchar contra nadie!, acotó uno que estaba en el fondo comiendo arroz inflado recién robado.- ¡Sí, queremos acción!, dijeron todos a viva voz.
.-¡Calma, calma por favor!. En representación de todos ustedes he decidido comenzar la búsqueda del tipo que nos impedía hacer nuestras maldades y traerlo de nuevo a esta ciudad para tener con quien combatir y de quien huir.
-¡Bravo, bravo!, Todos comenzaron a aplaudir de pie. Se logró en esa reunión una solución para desplazar esa fatiga que producía el no tener con quien pelear. Y así comenzó la incesante búsqueda del superhéroe.
            La ciudad estaba en calma, hasta los propios pobladores se unieron en la búsqueda. No había rastros de él. Buscaron en otras ciudades, en otros pueblos, en otros países y nada. Algunos lo daban por muerto, otros comenzaban a vender fotos del superhéroe abrazado con Papá Noel y cosas así que se inventaban en el momento. Uno que otro se hacía pasar por el enmascarado pero se ligaba una paliza tremenda por pésima imitación. No había rastros.
            El pueblo y los malhechores ya cansados de buscar, decidieron dar por finalizado el rastreo. Todos con caras tristes y amargadas. Ya no era lo mismo sin el héroe que salía en las noticias, y que aplastaba a los malos para llevarlos a la cárcel. Hasta que por fin sucedió lo inesperado. Un hombre vestido de campesino se acercaba por la calle con paso firme. Tenía un sombrero de paja, unas botas muy raras, un mameluco que parecía de Mario BROS y un bolso fabricado con cuero de cerdo. -¿Quién es ese hombre?, se preguntaban todos ante el apuro del campesino por llegar a ese lugar.- ¡Es él!, gritó uno.-¡Es el superhéroe!
            La gente comenzó a saltar por la alegría. Los ladrones y otros encapuchados se abrazaban y lloraban por la emoción. Por fin había llegado ese hombre que había dejado un vacío en las vidas de esas personas. Todos, absolutamente todos, se fundieron en un abrazo fraterno.
-¡Juro que jamás los volveré a dejar solos! alcanzó a esbozar el justiciero entre tantos brazos.
-¡Pensé que iban a estar mejor sin mí, quise ser como ustedes pero no pude! Es que soy un superhéroe y sé que ustedes me necesitan.
Hubo una gran fiesta de bienvenida para ese hombre. Pasteles, buenos vinos, manjares exquisitos y también licores de muy buen nivel traídos por los malvados que seguramente habían sido robados hacía una semana.
Te extrañábamos héroe!, exclamó el capo de los malos.
-Yo también amigo, los he extrañado mucho.
-¿¡Cómo amigo!?, ¿Quién dijo que éramos amigos?, dijo el capo con el ceño fruncido -Tú eres el bueno y nosotros los malos, ¡No mezcles el agua con el aceite! ¿OK? Entonces fue cuando el superhéroe recordó aquella embarcación de aceite que había sido robada por los malhechores y comenzaron los combates. Trompadas, sillas volando por el aire, roturas de cristales, personas también en el aire... todo comenzó a ser como era antes, como si nada hubiese cambiado. Todo era acción y diversión para los mal vivientes. Y como habitualmente sucede ¡El bien siempre triunfa!. En ese momento la algarabía explotó en la gente al saber que tenían de nuevo a su superhéroe, y  se sintieron seguros y protegidos nuevamente.
            Y así fue como los días siguientes, en cada rincón de esa ciudad, el mal volvió a ser combatido por ese hombre. Fiel a su costumbre de luchar por la justicia, salir en los periódicos y en televisión pero evitando ser visto abiertamente.
Y mientras el noticiero mostraba las imágenes de los ladrones que estaban siendo apresados, del otro lado de la pantalla había un rostro, una imagen, un gesto del capo de los malos, que fue acompañado por una frase que decía: -Has regresado superhéroe,... has regresado. Y ese gesto fue simplemente una sonrisa.

Pablo Claro

miércoles, 22 de junio de 2011

LA MAQUINA DEL TIEMPO


Siento el sonido de esa guitarra en mi pecho como si la estuviese tocando yo mismo. ¡Es verdad, parece que la estoy tocando yo mismo!. Me transporta, me lleva a muchos lugares a la vez. Vuelo, planeo, hago todo lo que siempre quise hacer cada vez que escucho esa música. Es una canción que me recuerda a aquellos tiempos que supuestamente fueron mejores. Digo “supuestamente” porque siempre acotamos que el pasado fue mejor, pero en realidad no sé si es tan así, porque no todos vivimos cosas o experiencias iguales o parecidas. Yo no tuve dinero cuando era chico y no creo que alguien que sí lo haya tenido hubiese pasado por lo mismo que yo. Y si realmente lo hizo es un tonto porque..¿cómo no comprarse esa bicicleta de ruedas grandes con sus rayos cromados y el asiento “banana”?. es un crimen no haberlo hecho teniendo dinero.
Como les iba diciendo, el pasado oculta lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Uno es y actúa de la manera que haya aprendido cuando era un crío. Ahí es cuando comenzamos a ser nosotros mismos o proyectos de nosotros mismos. Siempre me pasa que pienso : “como me gustaría tener una máquina del tiempo y retroceder al momento en que besé a esa chica por primera vez, o cuando perdí aquel dinero de mi madre en el centro”. seguramente no volvería a hacerlo... Digo lo de besar a la chica. Fue una experiencia horrible. Lo del dinero me volvió a pasar semanas después, pero creo que no es tema de conversación, estamos hablando de cosas más importantes. Siempre me salgo con la mía porque hablo solo de lo que quiero hablar, y nada más... Bueno.. Sí, fueron más veces que perdí dinero, ¡pero eso no me hace más tonto eh!.
Hablando de la máquina del tiempo… tengo una fecha que visitaría sin pensarlo dos veces: el día de mi nacimiento. Verles las caras a mis padres, esa expresión que jamás pude ver y que jamás podré verla por la simple razón de que, en ese momento, yo era un recién nacido. ¡que bueno sería eso, compartir esa emoción con mis padres!. Pero también la pasaría mal porque me miraría a mí mismo y me diría: “¡que asco por dios!, ¿así de feo era?. Nunca me vi. Menos mal que no tengo dicha máquina.
El tiempo pasa muy rápido y no nos damos cuenta de las cosas que nos perdemos a nuestro alrededor. Estamos tan acostumbrados a vernos que no nos fijamos en el crecimiento de nuestra gente. ¿Lucas ya tiene bigote?. Claro, Lucas lleva afeitándose tres años de los cuales dos de ellos solo nos fijábamos en como le crecían las uñas de los pies. Así nos va. Tampoco se puede estar observando todo el tiempo a la otra persona porque quedaría muy pesado de nuestra parte. ¿Te imaginas estar casi todo el día pegado a algún amigo o familiar para ver cuándo se produce algún cambio?. Yo que sé, si le crecen más dientes, si mira de otra manera a las mujeres o algo por el estilo... Sí, lo sé, sería espantoso. Me alegra saber que nadie lo hizo conmigo hasta el momento. Realmente ahora que me pongo a pensar podría estar pasando y no me doy cuenta. Pero no quiero caer en la tentación de comenzar a mirar para todos lados para ver si alguien lo hace o no. Soy muy obsesivo y creo que me volvería loco, o más loco, o un poco menos de lo que estoy, o quizás no me ocurriría nada y disfrutaría de lo que hacen. Mmm... No lo creo. No lo soportaría. Ya no lo soporto y no sé si me está pasando.
Actualmente disfruto mucho de lo que hago y también lo disfrutaba cuando lo hacía. ¿Que loco no?, porque no dije qué era lo que hacía, y acabo de describir algo que cualquiera que leyera esa frase, seguramente estará esperando saber qué es lo que hago o hice, eso que supuestamente gozo o disfrutaba en ese momento . Me abstengo a decirlo porque me lo guardo para cuando tenga esa máquina del tiempo, y cuando dicho aparato esté en mi poder volveré a “ese” momento que tanto disfrute tenía. Eso sí, el beso con aquella chica les aseguro que no fue. De eso estoy completamente convencido.

Hoy es un dia diferente al de ayer, no significa ni mejor ni peor, sino diferente.
Búsqueda personalizada

Pedido de rescate de posible secuestro :)

Frases Célebres del pofesor Jhon McKeyn