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Ayer me puse a sumar todos los momentos felices de mi vida. Todo era muy positivo. Hasta que comencé a restarlos con las cosas malas que tuve. Ahí la situación dio un giro negativo. Había muchas cosas negativas, casi tantas como positivas, pero la balanza estaba un poco inestable.
Después se me ocurrió multiplicar el tiempo ganado entre cosas malas y buenas, pero lamentablemente tuve que dividirlo con el tiempo que perdía entre las cosas malas, las buenas y el tiempo ganado. La vida parece una ecuación simple, porque a simple vista pareciera que es así, pero los ejemplos mandan: Si una pareja se junta y tienen un hijo la ecuación sería imperfecta, porque uno mas uno no serían dos, sino tres. ¿Pero si tienen mellizos, o trillizos? Entonces uno mas uno ya no serían tres, sino cuatro o cinco. Cada vez peor.
Por un lado sumé las veces que estuve enamorado y por el otro las veces que fui engañado. ¡Que loco! Porque me di cuenta que fui más veces engañado sin haber estado enamorado. Me enamoré pocas veces. Me desenamoré muchas. Quise sumar las horas vividas, pero... ¿cuándo dejaría de contar?.
Voy a contar los pasos que doy hasta llegar al trabajo. Creo que se me va a hacer imposible porque voy muchas veces al baño antes de salir, además siempre olvido algo en la mesa y tengo que volver. Sería comenzar otra vez, y lo que esta empezado no tiene el mismo sabor que lo nuevo.
Tengo que sumar las veces que saludo a la gente y restarlo con las veces que la gente me responde el saludo. Pero hay veces que no lo hacen y quedo haciendo señas con la mano como un idiota. Bueno, eso no lo contemos. Mejor voy a contar las veces que me equivoco. (...) todavía no me equivoqué. ¿Pero qué hago entonces, lo resto?. ¿Restarlo con qué?. ¿Cómo hago para que el hecho de equivocarme lo pueda restar con el hecho de “no” equivocarme si no me equivoqué?. Entonces si no lo puedo hacer será porque debo estar equivocado. ¡Ahí está, me equivoqué!. Uno a cero.
Me estoy aburriendo con todo esto. Podría restarlo, pero no, mejor no. Dicen que soy un obsesivo con todo eso de las sumas y restas, pero no les hagan caso. Yo no soy así. Lo habrán dicho unas diez veces nada más, de las cuales cinco fueron amigos, tres desconocidos y dos que mejor no hablar de ellos. Ahora sí voy a dejar de escribir, no solo porque estoy agotado y que ésta sea la segunda vez que se me acalambra la mano, sino que me di cuenta que acabo de escribir nada más y nada menos que cuatrocientas cincuenta y ocho palabras.
Pablo Claro
1 comentario:
si solo te has enamorado unas pocas veces, como te has desenamorado muchas? a parte de obsesivo eres un poco cotradictorio aunque en el fondo entiendo lo que quieres decir porque a mi me a pasado en cierto modo tambien
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