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Me siento extraño. No me veo los pies. Ahora sí, ¿por qué será?. Quiero levantarme pero olvidé que ya estaba de pie. Mejor me siento. Espero no estar sentado ya.
Me siento extraño. Camino por el techo, las paredes. Todo es suelo para mí. Voy a bajar. ¿Pero, bajaría a dónde?. ¿Al suelo o al techo?.¿Y si el techo no era techo, era la pared?. ¡Pero si todo era suelo!. Mejor me quedo aquí donde estoy. Doy cien pasos y siento que estoy en un mismo lugar. ¡Que increíble, cien pasos!¡Eso quiere decir que para ir a la cocina tendría que dar casi un millón de pasos!. Creo que es mucho. Mejor me tranquilizo.
Me siento extraño. Estoy sólo en mi habitación. No parece ser mi habitación, parece un lugar desconocido. Esa cama no es mía, pero ese techo y esas paredes sí lo son. Perdón, el suelo es mío. Alguien tuvo que modificar algo en mi ausencia. ¡Pero si nunca me fui!. Mejor dejo de pensar eso.
Me siento extraño. Tengo tantas ganas de salir. ¿Qué me estará esperando ahí fuera?. ¿Alguien, algo?. Si es alguien... ¿cuántos?. Y si es algo... ¿qué?. ¿Será bueno o será malo?. Porque alguien bueno no es lo mismo que algo bueno, y alguien malo no es lo mismo que algo malo. Mejor no salgo.
Me siento extraño. Me gustaría conocer cosas nuevas asi me motivan para querer seguir haciendo otras cosas, o sea, cosas viejas que antes fueron nuevas y otras cosas nuevas. Me gustaría conocer otros lugares que no registro, como por ejemplo: otras habitaciones. Seguramente el que conozca la mía sentirá lo mismo que yo. Pero no sé que es lo que siento porque no conozco otros lugares. Mejor dejo de pensar por los demás.
Me siento extraño. Acabo de dar otros cien pasos y veo lo mismo pero en un ángulo diferente. El problema es ese, sigo viendo lo mismo. Creo que abandonaré el hecho de ver lo mismo cuando deje de sentirme extraño, cuando pueda verme los pies, cuando sepa diferenciar el techo, la pared y el suelo, cuando no importen los pasos que tenga que dar para ir a alguna parte, cuando deje de sentirme sólo, cuando identifique lo mío a simple vista, cuando salga y enfrente lo que me espere afuera, cuando no importen los que son o lo que es, cuando conozca esas cosas o lugares nuevos, y cuando deje de pensar por los demás y lo haga por mí mismo. Ahí sí voy a ver algo diferente. Creo que siendo como uno es, se pueden lograr muchas cosas, es más, casi todo lo que uno se proponga. Voy a levantar la bandera de la personalidad y decirle al mundo que aquí estoy y aquí estaré, y que nunca, pero nunca, voy a renunciar a lo que soy... Un simple cienpiés.
Pablo Claro
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