Bienvenido Nº: TU A LO TUYO!!!

lunes, 25 de mayo de 2009

NECESIDADES



Necesito una escalera para subir al cielo, visitar a los seres queridos y volver. Perder en el juego para tener revancha. Un deseo más de algún genio, para volver a pedirle tres más. Aburrirme, divertirme, llorar o enojarme para saber que existo. Necesito amigos, no sólo para decir que los tengo, sino que realmente los necesito. Necesito gastar dinero para decir que lo tuve, volver a nacer para contar lo vivido, que me escuchen, que me entiendan y que no me ignoren.. Que el color de piel no nos hace más fuertes o más débiles. Necesito un minuto para pensar qué más necesito. Necesito que me digan: “te necesito”. Necesito que acaben con eso de siempre, que el castigo de los culpables caiga sobre los inocentes. Necesito pelearme porque necesito reconciliarme. Necesito que me digan todos mis defectos, pero también algunas de mis virtudes. Necesito que me saluden. Necesito ser yo mismo para que se den cuenta de mi verdadero yo. Necesito librar una batalla, pero no con armas, sino con besos y abrazos. Necesito que expliquen por qué el dinero mueve al mundo. Necesito un beso, porque necesito comenzar por algo. Necesito saber, después de cada borrachera, de quienes son los números de teléfono que tengo en mi bolsillo. Necesito tener más bolsillos. Necesito educar y que me eduquen, llamar la atención, ser querido, quererme a mi mismo. Y necesito enamorarme, para satisfacer todas mis necesidades.
Pablo Claro

sábado, 23 de mayo de 2009

PENSAR EN POSITIVO


Cuando las cosas no salen como uno quisiera, cuando la verdad se transforma en duda, cuando las reacciones ya no son las mismas, cuando el miedo supera a muchos y cuando esos muchos te superan en número. Cuando fracasas, y cuando vuelves a fracasar. Cuando pierdes la fé. Cuando la recuperas y te la vuelven a quitar. Cuando no conocen la verdadera verdad; cuando la verdad duela, cuando el ratón que tiene que quitarte la espina titubea, cuando el ratón se va sin quitarte la espina. Cuando te sientas solo, cuando estés solo y te sientas traicionado. Cuando una mano tapa muchas bocas; cuando ya no haya bocas que te acompañen; Cuando no hayas aprendido la lección, cuando hayas perdido el valor a decir las cosas, cuando creas que está todo perdido; cuando el camino que hayas tomado no fuese el correcto, cuando lo corecto hubiese sido hacer lo correcto, cuando ya sea tarde para todo, cuando estés triste, cuando ves triste a la gente que te ve triste; cuando envidian lo que eres y no lo que tienes. Cuando no tienes nada. Cuando dejes de pensar en positivo... piensa en positivo.
Pablo Claro

viernes, 22 de mayo de 2009

LO BUENO Y LO MALO




¿Qué significa ser bueno o ser malo?. ¿Cuándo una persona es Buena?, ¿cuando hace las cosas o cuando no las hace?. ¿Y cuándo es mala?, ¿cuando hace o cuando no hace?. Si yo hago algo malo, pero por una buena causa...¿Es malo o bueno?. Creo que no hay una definición exacta de lo bueno y lo malo porque se mezclan constantemente. El ejemplo más famoso es el de Robin Hood, que le robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Robar es malo, pero ayudar es bueno.
Yo quiero ser una persona mala, porque cuando haga algo bueno los voy a sorprender, porque las sorpresas son buenas...¿O son malas? Mejor quiero ser una persona buena, porque cuando haga algo malo, no van a creer que fui yo, porque soy bueno. Pero eso sí es malo.
“Qué bueno sería ser malo”. Sin embargo cuando ya se es malo tendría que decir: ”Qué malo sería ser bueno”.Viajar es bueno porque conoces lugares, personas, experiencias nuevas, pero es malo porque te alejas de tu familia, tus amigos, tus cosas. Siempre tiene que existir el mal para que exista el bien.
Están los que se hacen los buenos y los que son buenos. También están los que se hacen los malos y los que lo son. El que se hace el bueno dice que te ayuda. El bueno te ayuda. El que se hace el malo dice que con su mano arrancaría tu cabeza de un zarpazo. Pero con el que es malo...Es mejor hacerse el bueno.
Es muy bueno amar y es malo odiar. Amar sería lo bueno y odiar sería lo malo, pero hay quién ama lo malo y también hay personas que odian lo malo y eso es bueno. ¿Es malo morir? Sería bueno saberlo. Yo sé que estoy loco y no sé si es bueno o malo, de lo que sí estoy convencido es que vivir es muy bueno, pero lo malo...es no saber hasta cuando.


Pablo Claro

martes, 19 de mayo de 2009

APRENDER A VALORAR


¿Cuántas cosas perdemos por no valorarlas? Creo que no hay un número exacto porque día a día vamos perdiendo infinidades de cosas. Una madre, un padre, hermanos que creemos que son los más insoportables del mundo pero cuando crecen son ellos los únicos que nos dan su apoyo. Hay que aprender a valorar las cosas porque sino se van, vuelan, buscan otros brazos, otros ojos, otras palabras, en definitiva, buscan esas cosas que no les dimos por no valorarlas. Regalemos caricias, besos, abrazos, risas. Regalemos mucho amor porque todo se va. Apoyémonos en quien confía en nosotros y demos rienda suelta al cariño, a esa alegría que a veces ocultamos por enfados absurdos. Pensemos bien cuales son los verdaderos problemas y después tomemos una determinación, pero primero es escuchar al otro.
Si hace falta llorar, hagámoslo, nadie se ha muerto por soltar unas lágrimas. Si tenemos que pedir perdón pidámoslo, porque quizás después ya sea tarde, que en realidad siempre lo es. Valoremos lo que tenemos, no lo perdamos, cuidémoslo como si fuera ese dinero que juntamos de toda la vida en ese colchón, como ese papelito que te regaló un ser querido y nunca lo has querido tirar, como esas palabras de aliento que llegan de quien más quieres. Comencemos a partir de hoy mismo a valorar lo que tenemos, porque el ayer ya se perdió por no hacerlo. Cuantas dudas vienen a mi cabeza al saber que pude haber hecho cosas y que no las hice. ¡Claro que estoy arrepentido! ¡Quién no lo estaría!... ¿Saben realmente quién no estaría arrepentido? La persona que le dio la espalda al amor.
Reflexionemos día a día qué es lo que hacemos mal, nos guste o no nos guste. Aprendamos de nuestros errores, porque esa es la mejor escuela que uno pueda llegar a tener en la vida. No nos olvidemos de la gente, no nos quedemos con las ganas de decir “te quiero” o “te necesito” porque sino pasará a ser parte del ayer, y recordemos que el ayer ya se perdió. Hoy me tocó a mí perder por no mirar el ayer, mañana te puede tocar a ti, así que, no dejes las cosas para otro momento, la vida es hoy, valorar es hoy, perder es ayer y posiblemente mañana. ¡Claro que hay que trabajar duro para conseguir lo que queremos!, pero no pequemos del vicio del tiempo, porque nos hacemos viciosos de los tiempos en que podríamos hacer otras cosas, como por ejemplo, utilizar ese tiempo con tu familia, tu pareja, tus amigos, etc. Cuántas veces me han dicho “la vida es una sola” y no le hacía ni caso.
Lamentablemente sufrimos por el ayer, porque el hoy todavía no está escrito y depende exclusivamente de nosotros, de lo que hagamos, de lo que digamos o de cómo valoramos las cosas. Aprender a valorar… esa es una buena lección para el día de hoy.

Pablo Claro
Para toda mi gente, para los que están, y para los que no, pero seguirán en mi corazón.

lunes, 18 de mayo de 2009

ESTAR VIVO



No hay como sentarse en la arena de alguna playa. No hay como oler el aire cuando está a punto de llover. No hay como escuchar una buena canción que nos transporte al pasado. No hay como el primer beso o el primer abrazo. No hay como sentarse después de una larga caminata. No hay como ayudar a quien realmente lo necesita. No hay como conseguir los objetivos deseados. No hay como haberlo intentado después del fracaso. No hay como el reencuentro con los seres queridos. No hay como la sonrisa de aquel que hace un momento estaba llorando. No hay como ver crecer a los hijos. No hay como ver las caras de nuestros padres al vernos crecer. No hay como el viento fresco cuando hace calor. No hay como un rayo de sol en un lugar oscuro. No hay como enamorarse una y otra vez. No hay como mirar la hora y darse cuenta que todavía es temprano. No hay como tener buenos amigos. No hay como festejar las cosas por más pequeñas que sean. No hay como sentirse querido por muchos. No hay como beber agua cuando tenemos sed. No hay como equivocarse y admitir los errores. No hay como gritarle al mundo que uno es feliz. No hay como tener buenos amigos. No hay como amar y ser amado. No hay como sentarse, oler, escuchar, besar, caminar, ayudar, intentar, conseguir, reencontrarse, sonreír, ver, enamorarse, festejar, sentir, beber, equivocarse, gritar, tener, amar... No hay como estar vivo.

Pablo Claro

viernes, 1 de mayo de 2009

EL OBSESIVO


Ayer me puse a sumar todos los momentos felices de mi vida. Todo era muy positivo. Hasta que comencé a restarlos con las cosas malas que tuve. Ahí  la situación dio un giro negativo. Había muchas cosas negativas, casi tantas como positivas, pero la balanza estaba un poco inestable. 
Después se me ocurrió multiplicar el tiempo ganado entre cosas malas y buenas, pero lamentablemente tuve que dividirlo con el tiempo que perdía entre las cosas malas, las buenas y el tiempo ganado. La vida parece una ecuación simple, porque a simple vista pareciera que es así, pero los ejemplos mandan: Si una pareja se junta y tienen un hijo la ecuación sería imperfecta, porque uno mas uno no serían dos, sino tres. ¿Pero si tienen mellizos, o trillizos? Entonces uno mas uno ya no serían tres, sino cuatro o cinco. Cada vez peor. 
Por un lado sumé las veces que estuve enamorado y por el otro las veces que fui engañado. ¡Que loco! Porque me di cuenta que fui más veces engañado sin haber estado enamorado. Me enamoré pocas veces. Me desenamoré muchas. Quise sumar las horas vividas, pero... ¿cuándo dejaría de contar?. 
Voy a contar los pasos que doy hasta llegar al trabajo. Creo que se me va a hacer imposible porque voy muchas veces al baño antes de salir, además siempre olvido algo en la mesa y tengo que volver. Sería comenzar otra vez, y lo que esta empezado no tiene el mismo sabor que lo nuevo.  
Tengo que sumar las veces que saludo a la gente y restarlo con las veces que la gente me responde el saludo. Pero hay veces que no lo hacen y quedo haciendo señas con la mano como un idiota. Bueno, eso no lo contemos. Mejor voy a contar las veces que me equivoco. (...) todavía no me equivoqué. ¿Pero qué hago entonces, lo resto?. ¿Restarlo con qué?. ¿Cómo hago para que el hecho de equivocarme lo pueda restar con el hecho de “no” equivocarme si no me equivoqué?. Entonces si no lo puedo hacer será porque debo estar equivocado. ¡Ahí está, me equivoqué!. Uno a cero. 
Me estoy aburriendo con todo esto. Podría restarlo, pero no, mejor no. Dicen que soy un obsesivo con todo eso de las sumas y restas, pero no les hagan caso. Yo no soy así. Lo habrán dicho unas diez veces nada más, de las cuales cinco fueron amigos, tres desconocidos y dos que mejor no hablar de ellos. Ahora sí voy a dejar de escribir, no solo porque estoy agotado y que ésta sea la segunda vez que se me acalambra la mano, sino que me di cuenta que acabo de escribir nada más y nada menos que cuatrocientas cincuenta y ocho palabras.



Pablo Claro

Hoy es un dia diferente al de ayer, no significa ni mejor ni peor, sino diferente.
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